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lunes, 19 de noviembre de 2012

Capítulo ocho

Liz llega a su casa con la sonrisa más grande del mundo en la cara. Va directamente a la cocina, ya que es la hora de cenar.
-¿Y esa sonrisita de enamorada? -le sonríe su abuela cuando entra por la puerta.
-¿Qué? -se pone colorada- ¿Yo?
-Se nota mucho, cariño. ¿De dónde vienes?
-De salir a dar una vuelta, no del túnel del amor. La sonrisa esta es porque me he reído, y ya está.
-Seguro... Anda, siéntate.
Liz le hace caso, y se sienta al lado de Nathan, su primo de apenas siete años, mientras su abuela le sirve un poco de arroz en su plato.

Se quita la bufanda y la cuelga en el perchero. Se mira al espejo de la entrada y ve que tiene una sonrisa en la cara. ¿La razón? Ella. Sí, Nick le ha hecho reír, pero Liz... Liz le ha hecho sentir especial. Una tarde en un pueblo comiendo pipas. Y eso no es fácil. Se quita también el abrigo y se sacude de su pelo rizado los copos de nieve. No va a cenar nada hoy, no tiene hambre. Y hablando de hambre, decide llamar a Niall, a ver qué hace.
-¡Heeeeey! -oye la voz del irlandés.
-Ey, rubio. ¿Que haces?
-Pues... Acabo de terminar de cenar, y ahora estoy con Liam. ¿Sabes qué? ¡Mañana vamos a ir a comprar cosas para decorar la casa de Navidad!
-¿En serio, Nialler? Parece que tienes cinco años.
-Pero, ¿no es genial?
Harry ríe.
-Mucho.
-¿Y tú qué haces?
-Nada... Acabo de venir de la calle... He salido con dos amigos.
-¿Quiénes?
-Cotilla... Nick y Liz.
-Eh, Liz es nombre de chica.
-¿Y qué? ¿No puedo tener amigas?
-Sí, Harry, pero a tí las amigas... Seréis amigos con derecho a roce...
-¿Qué? Oye, no me interpretes así, ¿eh?
-No, no... Y esta chica, Liz, qué, ¿es guapa?
Harold sonríe. "Más de lo que te imaginas", piensa.
-Sí.
-Ah. ¿Te gusta?
-¿Y este interrogatorio? ¿No puedo quedar con una chica sin que me bombardees a preguntas?
-No.
-Pues no lo se, porque sí, es guapa, mucho, pero es mi amiga de cuando era pequeño... Sería raro que me gustara.
-¿Por qué? No hay ningún problema en eso.
-Bueno, ya se verá...
-Te gusta. -dice riendo.
-Niall, ¿qué te pasa?
-Espera, que Liam quiere hablar contigo...
-Vale...
-¿Harry?
-Liam, ¿se puede saber qué le pasa al leprechaun?
-Que se ha bebido unas copillas de vino sin mi permiso y está tonto el pobre.
Harry suelta una pequeña carcajada.
-Pues acuéstale.
-Eso voy a hacer. Está ilusionado con la Navidad...
-Déjale. -rie de nuevo.
-Bueno, nos vamos a dormir. -dice recalcando esto último para que Niall lo oiga y se vaya haciendo la idea. -Hasta mañana Harry.
-Buenas noches.
-¡HASTA MAÑANA, HARRY! -oye decir al irlandés de fondo.
Ríe otra vez y cuelga.

Ali y Diana andan por las calles de Londres, mirando ropa, accesorios, y alguna que otra cosa de Navidad. Aún falta un mes, pero ambas adoran la Navidad, ¿por qué no disfrutarla un poquito antes? Además, Diana mira disimuladamente cosas para el cumpleaños de Alicia, ya que faltan solo dos días.
Entonces el móvil de Ali suena.
-¿Sí? -su cara cambia completamente, se vuelve pálida, y una lágrima cae por su mejilla, mientras se tapa la boca con la mano, soltando un grito ahogado.
-¿Qué pasa? -se preocupa Didi.
Al ver que Ali no reacciona, le sacude suavemente.
-¡Ali! ¿¡Qué ha pasado!?
-Mamá... Sí... Iré... A... adiós. -y cuelga.
-¿Ali? ¿Qué pasa?
La morena solo echa a llorar, y Diana la abraza fuerte. No sabe qué le pasa, pero para calmarla... Cuando se calma un poco, levanta la cabeza y mira a Diana a los ojos.
-Mi... mi abuela... La han... La han atropellado. -se le quebra la voz y rompe otra vez a llorar. Didi la abraza de nuevo.
-Seguro que está bien... Tu abuela es una superheroína, ¿vale? Se va a poner bien.
-¿Y qué pasa si no se cura? ¿Qué pasa si... la pierdo? -dice llorando aún más.
-Eso no va a pasar. ¿Vas a ir a España?
-Sí... Necesito verla, tal vez sea la última vez.
-De acuerdo. ¿Quieres que te acompañe?
-No, gracias. Disfruta de la Navidad, cielo.
Diana la abraza de nuevo, y se quedan así un rato, en un banco del centro comercial de Londres.

Liz se duerme feliz. Liz despierta feliz. Liz desayuna feliz. Liz juega con sus primos pequeños, algo poco común en ella, feliz. Liz come feliz. Y Liz sale de su casa feliz, en busca de Harry. Ha quedado de nuevo con él. Pero Nick no puede. Mejor. Los dos solos. ¿Pero qué dice? ¿Para qué quiere estar a solas con él? Vaya tontería. Llega de nuevo al parque, donde le espera ese chico de pelo rizado que quizá haya conquistado el corazón de la "dura" Liz.

Ali se duerme llorando, se despierta llorando, y se despide de Diana. Se va a España. Es muy pronto, por lo que la morena prefiere que su amiga se quede durmiendo, y va sola al aeropuerto. Está triste. No puede más. Después de esperar algunos minutos, el avión con destino a Madrid llega, y Ali se sube en él. Se sienta al lado de una mujer mayor, pero no puede evitar llorar otra vez, el caso es que esa señora le recuerda a su abuela. No puede más. Saca el IPod y elige la mejor canción para ese momento: 'Unbroken', de Demi Lovato. La canción que la ha ayudado a seguir adelante, durante mucho tiempo. Y, sin darse cuenta, se siente mucho mejor.

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